De niña era atea.
De adolescente atea y anarquista.
De joven agnóstica y socialista, que no psociata.
Ahora soy una madurita burguesa y liberal que intenta ver a Dios en algún lado y no lo encuentra.
¿Es compatible la fe con un cerebro estructurado como una hoja de excel?
Y mientras yo, aquí, esperando una señal.
* La foto es la cerradura del portón central de la Basílica de San Pedro.
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