03 diciembre 2006

Reconocimiento ¿loable deseo o cruel realidad?




Me siento muy mayor. Cuando era joven me importaba el reconocimiento. Supongo que es un defecto de juventud, algo que se cura con los años.
Estaba estos días atrás pensando en el reconocimiento en general, en el reconocimiento de tu familia, de tus amigos, en el reconocimiento profesional. En realidad hay términos que nacen viciados en su propio significado, ¿qué es el reconocimiento? ¿la valoración objetiva de tus méritos por parte de aquellos que te rodean o tu propia percepción de unos méritos inexistentes y por lo tanto no reconocidos?
Recuerdo una negociación hace años donde alguien antes de entrar me previno: "cuidado, el tío tiene mucha cintura". En aquel momento de soberbia juvenil, entendí que mi contrincante en cuestión tenía una espada flexible para hacerte creer variopintas teorías cierre. Cuando salimos de la reunión, seguí pensando lo mismo y que además había vapuleado al contrincante sin piedad. Años más tarde he entendido que el único ganador fue él. Se dejó ganar, olió la soberbia y me dejó ganar. Su victoria tenía un plazo muuucho más largo que aquella tontería y simplemente le importó un carajo quedar como un perdedor en ese momento. No necesitaba reconocimiento, esa era su "cintura", le importaba un carajo lo que pensábamos el resto de la humanidad en ese momento. Hoy tiene su propia empresa de 1500 empleados y para él, ese era el objetivo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

YO me veo enfrascado en una lucha contra el deseo de reconocimiento. No me hace sentir bien saber que muchas de mis acciones están influenciadas por como creo que otros me verán, o por el deseo de obtener su reconocimiento. No es algo que me parezca "puro". Espero que se pase con los años como dices. Supongo que también tiene que ver con la libertad. Saludos

Arito dijo...

¡Muy buena tu expresiòn y tu forma de pensar!
Soy una nobata, de seguro sos mayor, creo que eso influye.
Entrando a google para buscar un significado, me choquè con tu blog.



¡Saludos!

Monica dijo...

Gracias Arí! nunca me imagino que alguien me lee!