15 agosto 2008

Jesús Neira: La causa justa desde la razón




Supongo que en en este espacio muerto del veraneo español casi nadie habrá leido la noticia de la agresión a Jesús Neira. Estoy casi segura que de no ser por Isabel, su mujer, una peleona incansable; su caso habría sido como todos, un momento en la zona de sucesos.

Conocí a Jesús hace veinte años, era mi profesor de Teoría del Estado en la Facultad. Un tipo extremandamente inteligente, avanzadísimo para la Universidad de la época y supongo que aún más avanzado para la de hoy. Divertido y generoso como amigo, abría su casa a charlas que duraban hasta la madrugada. Jesús, como ha demostrado, es sobre todo una de esas personas que fundamentalmente es buena gente.
Siempre enseñaba su cicatriz cuello-abdomen, fruto de una operación a vida o muerte que a los 20 años le había cambiado el rumbo a su existencia. Estoy segura de que jamás pensó que un tipejo en la puerta de un hotel de Majadahonda iba a ser de verdad el protagonista.

Muchas veces me he acordado de él en estos últimos años sin contacto, porque debo agradecerle la mayoría de las estructuras de análisis de la realidad política y social que existen en mi cabeza.
El profundo creyente de las "libertades estructuradas", que desde el conocimiento de las instituciones es capaz de defender Estados y justicias conociendo las "tripas" y realidades políticas. Sin perder la ilusión. Con una ética, como ha probado, a prueba de riesgos personales.
No tengo intención de hacer una necrológica de Jesús que está vivo, pero era necesario explicar mínimamente su perfil para desarrollar mi reflexión posterior.

Recuerdo los juegos de Jesús tirados en el cesped de Somosaguas, en concreto uno muy conocido sobre la culpabilidad en la muerte de una mujer cuyo marido tenía "abandonada", al cruzar ella un puente en el que sabe que hay un asesino. El ejercicio, que tenía como objetivo hacer discutir a los alumnos sobre la relatividad de la "verdad", consistía en presentar una trama con personajes relacionados, para decidir cual de ellos era el culpable del crimen. Como en todo, el ejercicio es sobre todo un ejercicio, un análisis de tu análisis que te enseña a ver el poliedro de la justicia relativa.
En la realidad de Jesús, por desgracia, la historia en cierta forma se repite:

Un hombre (Jesús) ve como otro (Antonio) ataca a su mujer, acude en su defensa y el marido se vuelve, lo ataca por la espalda y de un golpe lo tira al suelo. Los servicios de emergencias lo mandan a su casa después de comprobaciones traumatológicas sin darle importancia al golpe recibido en la cabeza. En los siguientes días acude a distintos servicios de hospitales quejándose de fuertes dolores en la cabeza,sin que se le realice ninguna prueba extra dado que el caso aparentemente no reviste gravedad. Jesús es una persona que está medicada por una cardiopatía importante.
Al cuarto día tiene un derrame cerebral. Permanece en coma inducido hasta hoy.

- Jesús: Increpa a Antonio por pegar a su mujer y como consecuencia de ello recibe un fuerte golpe de Antonio, que lo postra en un coma después de unos días. Había acudido a distintos médicos sin conseguir que le realizasen un tac cerebral.
- Antonio: Dice haber ayudado a Jesús al ver que se caía, le preguntó que tal estaba y este contestó que bien. Está a tratamiento psiquiátrico y posiblemente bajo los efectos de alguna droga.
- La mujer de Antonio: Agradece mucho a Jesús su actuación creyendo que estaba siendo maltratada pero se niega a presentar denuncia contra su marido. Su marido nunca la ha maltratado, sólo estaba nervioso por la medicación.
- Los médicos: Atienden a Jesús hasta en 4 ocasiones sin hacerle pruebas a sus lesiones cerebrales a pesar de su condición de cardiópata y sus repetidas visitas a hospitales quejándose de fuertes dolores de cabeza. Finalmente se produce un derrame cerebral el cuarto día.
- El Ministerio/las administraciones: Deciden que Antonio a pesar de sus antecedentes de violencia esté en la calle con un tratamiento que finalmente no controla sus ataques de ira.
- El Ministerio/las administraciones: Creadores de los protocolos médicos que no realizan las pruebas médicas ni en la primera atención de urgencia, ni en las posteriores.

¿Quién es el culpable? ¿Existe un solo culpable?

Lo único que se, es que al igual que en el ejercicio, existen miles de respuestas y ninguna de ellas será completamente correcta. Es evidente que el que da el golpe, es culpable. Pero la mujer que disculpa al animal, también lo es. Los médicos que no hacen las pruebas correctas...el juez de vigilancia de este elemento...
Lo peor del ejercicio, que es la realidad de la vida, es que siempre habrá alguien que piense, aunque no se atreva a decirlo, que el culpable es Jesús.
Por meterse en líos.
Terrible.