15 octubre 2006

Mis leyendas se apagan y no hay recambio


Mi querido Lluis Llach se retira. Mis leyendas se van apagando poco a poco y en el presente no veo precisamente muchas nuevas luces encendiéndose en reemplazo.
Leyendo a Lluis este domingo en un dominical, compruebo lo mucho que ha cambiado la ética del país en los últimos años. Él aún pertenece a un mundo en donde los valores crecían por encima de las ideologías.
He aquí a un autodefinido "nacionalista homosexual de izquierdas" (ninguna de las tres cosas son más que piezas de un puzzle, pero al fin y al cabo lo sitúan en una teórica forma de ver la vida), hablando sobre sí mismo de esta manera:
"...Mi padre era médico rural en una época en la que se pagaba con especies, así que no se llegaba a fin de mes, y entonces yo entendía que si ellos me daban aquella posibilidad de estudiar no iba a ir con cara de gilipollas a decirles: quiero ser músico. No, yo tenía que ser abogado, ingeniero o algo que se correspondiera con el esfuerzo de mis padres..." Magazine de El Mundo, 15/10/06
La familia, el esfuerzo, el agradecimiento, el respeto, la empatía, el bien común frente al propio, la coherencia, la disciplina, el sentido común...he vuelto a leer sus palabras una y otra vez: sólo cuatro líneas para definir un completo ideario, los pilares de una vida, los principios fundamentales en los que se ha basado toda la trayectoria vital de una persona.
Podré estar de acuerdo o no con su ideología política, que lo estoy bastante aunque nos separe cierta discrepancia estética del concepto de nacionalismo (no el fondo), pero lo que no tiene duda es que siempre estaré del lado de su integridad personal, que como suele pasar, supera el maquillaje de las circunstancias de cualquier época.
¿Porqué éramos así? ¿Porqué ya nadie es así? ¿Qué ha pasado por el camino si son tan pocos años?
Octubre 2006, domingo por la noche, los chicos de hoy están en prime time convirtiéndose en héroes tan instantáneos como efímeros, por obra y gracia de "Operación Triunfo". Esto si que es "levedad del ser"!
Mi querido Lluis, te envidio, te envidio profundamente por ser tan libre. Miro tu foto y veo la real y absoluta falta de necesidades. Como siempre, tengo la sensación de que las cosas que te importan son sólo las que de verdad importan y envidio tu valentía.
Yo también me iría a un pueblo y olvidaría las tiendas, las ropas, las peluquerías, los locales de moda, los nuevos restaurantes, los buenos modales, los falsos agradecimientos, las conversaciones educadas, ...y sería sólo yo, como en una cura de desintoxicación, sólo sería quien soy.
Definitivamente algún día conseguiré mi casita en el Ticino, o en la Isla Negra de donde sea y dedicaré mis últimos veinte años a confesar lo que he vivido. Descalza.

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