10 marzo 2008

Era tan pobre que no tenía más que dinero




La semana pasada confirmé la más pura y cínica forma de machismo reencarnada en Millán Astray vestido de multimillonario socialista!

Tengo la magnífica suerte de vivir en un entorno muuuuyyy acomodado.
Como pasa en todos lados, me he relacionado casi siempre con gente en el mismo entorno, por lo que mis amigos, en general, han tenido las mismas ventajas que yo.
Dentro de los grupos, como también sucede siempre, hay gente que aprovecha los beneficios a su favor, otros que no lo hacen, unos que los mejoran y otros que se pierden, tienen mala suerte o que simplemente son unos vagos. En mi caso, creo que he aprovechado razonablemente bien las ventajas que se me han ofrecido y sinceramente me he currado muy mucho lo que tengo.
A los 16 años empecé a trabajar y desde entonces nunca he parado. Podría vivir estupendamente bien de mi padre, de mi suegro, de mi marido, de un puestecillo de trabajo de media jornada en alguna empresa de "amiguetes" bien colocados...pero mi extraña naturaleza me ha dotado de un culo inquieto que me impide dejar que la vida pase sin actuar. Simplemente, no puedo parar.

A estas alturas de mi vida, lo que opinen otros sobre mí simplemente me la sopla; ahora bien, una cosa es lo que opinan otros sobre mí y otra muy diferente es lo que dicen otros sobre mí.
Soy una persona extremadamente respetuosa con las opiniones y con las vidas ajenas. Juzco poco o nada. Jamás cotilleo. Nunca he revelado un secreto. Me importa un bledo que a mi vecino le guste que se la pique un pollo vestido de cabaretera, me da igual, me parece fenomenal siempre y cuando respete los derechos del pollo.
Ahora bien, si me injurian, si hablan de mí sólo por un segundo de forma falsa; entonces señores, empieza la guerra.
La semana pasada me encontré de frente con la peor forma de machismo: El que se va de progre y proclama públicamente hasta la saciedad su caracter progresista, cuando debajo de la primera capita de barniz no hay más que un fascista reconvertido por las circunstancias (se entiende, ahora se gana más pasta haciéndose de una ong: el buen rollo, vende).
¿Qué es peor que Chaves sea votado y por lo tanto llamado demócrata, o que Fidel hable de socialismo en la dictadura?
¿Qué es peor un país que lleva a juicio a su Presidente por negar que se la chuparon (mentir a sus ciudadanos al fin y al cabo), o un país que admite una mentira de Estado "porque tenía buena intención"?
¿Qué es peor declarar la creencia en el liberalismo extremo, o declararse "emprendedor por el bien de la humanidad"?
¿Qué es peor un machista declarado, o un progre de pastel que justifica una decisión profesional con un "su marido rico la mantiene"?

Lo peor es la prostitución de las ideas. Y aún peores son sus clientes.

Lo único que me paga a mí el dinero, es mi libertad para ser honesta.

2 comentarios:

Sanh dijo...

jajajajaja
¿y por qué será que cierto nombre impronunciable aparece en mi mente al leerte?

Besos, jefa!!!!

Javi dijo...

Esa es la hipocresía de la sociedad