12 marzo 2007

Acrata e insolidaria, por lo tanto peligrosa


En serio o en broma un amigo me ha llamado ácrata (es cierto), insolidaria (no es cierto, lo que no soy es solidaria de postal), intolerante (hasta me he enfadado al ver mi palabra más odiada dentro de la lista) y concluye que por lo tanto soy peligrosa. Verdad. Lo de peligrosa es verdad. Como una bala perdida.


Hace muchos años uno de mis viejos amigos, viejo no sólo por el tiempo que llevamos siendo amigos, sino porque además es viejo; me apodó kamikaze. Es cierto, tengo una carencia total y absoluta de miedo a tirarme en picado, en otras palabras, tengo la falta de miedo del que no teme perder, estrellarse y volver a empezar. Yo lo llamo la libertad del respeto por la dignidad propia y ajena. No lo puedo evitar y además espero que nunca jamás deje de enfadarme, de alegrarme, de impresionarme y de sentir las cosas con la misma pasión con la que sigo haciéndolo. Yo no se ni vivir ni ser de otra manera. Gracias quizás a Dios y si no es a Dios, pues yo lo agradezco todas las mañanas a quien sea.

Cada uno tiene una escala de valores diferente y más o menos flexible. La mía es siempre la misma y es cierto, no es flexible. La libertad, la dignidad, la lealtad, el sentido de la responsabilidad, ... yo permanezco en los felices cincuenta pero en roja, atada a varias piedras básicas, muy pocas pero básicas e inamovibles.

Definitivamente tendría que ser holandesa, lo del Ticino seguirá siendo mi retiro dorado a lo Highsmith, pero yo donde de verdad tengo mis orígenes es en Holanda: Todos tan espantosamente sinceros, todos tan absolutamente imbuidos de la seguridad burguesa que te obliga a declarar la verdad sin cortapisas, todos tan concienciados de un bien común, todos tan contentos por los éxitos individuales como impulsadores de la comunidad, todos tan organizados ...ayyy ese carácter nórdico, que morriña. Si es que no soy latina por más que me empeñe!


El otro día, otra persona cercana, me decía a modo de crítica que "soy un poco hippy y liberal". Las dos cosas son ciertas, en pijo, pero ciertas.


Y unos días antes alguien me había definido como un "hombre en el cuerpo de una mujer". Lo cual puede hasta tener su "puntito onanista".


Total que para una niña pija soy hippy (traducido al pijo: sin interés por las marcas/pautas que se deben usar según el manual del estilo correcto de ciertos círculos sociales) y liberal (traducido al pijo: lo peor! dícese de aquel que piensa en la igualdad de oportunidades y todo ese tipo de barbaridades desestabilizantes del buen orden social).
Para un joven ejecutivo moderno en industria dinámica soy todo lo contrario.
Para un compañero soy un hombre.
Para mi madre nunca fui niña.
Para mis hijos soy mamá lua.
Para mis conocidos, Dios sabe quien soy.
Para mis amigos soy yo siempre, toda la vida.
Para mí soy lo que hay.
Y para la muerte, la que se escapa.


O yo tengo un problema, que también, o las escalas son muy variables, que no lo dudo. Y es que al final todo es tan terriblemente relativo.





1 comentario:

Beatriz Russo dijo...

Pues para mí eres lo que eres sin querer ser lo que no eres ni parecerte a, ni pensar como. Pues eso, eres como eres y por eso eres muy buena amiga mía. Hace tiempo que dejé de ver fantasmas, gente invisible y ya no distingo al individuo que se encrusta en la masa compacta. Qué lee voy a hacer, yo también soy como soy.